Tomar seis patitas, lavarlas con agua abundante y ponerlas a marinar con una cucharada de ajo en polvo, aceite, sal y pimienta.
Masajear bien las patitas y dejarlas en reposo en la heladera, durante una hora.
Tomar una cebolla, 300 gramos, y picarla bien finita. Sumar 300 gramos de champignones en rodajas, tres cucharadas de manteca, dos cucharadas de harina, medio litro de caldo de pollo, una cucharada abundante de mostaza y unos 150 gramos de crema doble.
Poner un fondo de aceite en un sartén y saltar las patitas durante cinco minutos, para que queden bien doradas, volteándolas para que queden bien cocidas.
Retirar las patitas a un plato y en el mismo sartén en el que las cocinamos agregar la manteca, derritiéndola a fuego medio. Agregar la cebolla pica y la reahogamos y cuando se comience a trasparentar agregar los champignones.
Se cocina hasta que los champignones estén dorados, agregando la harina por encima de la mezcla, revolviendo constantemente durante un minuto y en ese momento agregar la mitad del caldo.
Cuando se integran todos los ingrdientes, agregar la otra parte del caldo.
Luego, en una mezcla que se empieza a espesar, se agrega la crema doble y la mostaza, revolviendo bien para que se mezcle todo.
Se baja el fuego, se deja hervir y cuando la salsa esté bien espesa, unos cinco minutos después, se agrega sal y pimienta si es necesario.
Finalmente, se agrega el pollo con todos los jugos que estaban en el plato y queda listo para servir, idealmente con arroz blanco.
Fuente: El Observador, Chef Leonardo Pardo